Existen muchos aspectos diferentes que hacen que una relación entre padres e hijos sea saludable.
- Brindar protección y estructura en la interacción con los hijos: Los hijos aprenden mejor en un entorno en el que se sienten respetados, entendidos y seguros, tanto a nivel físico como emocional. Confiar en los padres ayuda a que los niños tengan mayor autoestima. Así también valoran la importancia de la empatía y el respeto por los sentimientos de otros.
- Entender cómo piensan y sienten los hijos en diferentes situaciones: Lo ideal es enseñar a los hijos a respetar sus propios sentimientos y los de otros. Cuando confían en que los padres los respetarán, se sienten seguros.
- Resolver problemas evitando el conflicto. Es muy probable que los niños resuelvan sus problemas de forma constructiva si sus padres dan ejemplo y los aplican sin conflictos.
Tipo de relaciones entre padres e hijos
Relación segura: Los hijos se sienten seguros y bien atendidos por sus padres. Esta relación surge cuando los padres cubren correctamente las necesidades de sus hijos. En un futuro, estos niños tendrán más probabilidad de ser independientes y seguros de sí mismos. Regulan sus emociones y se desenvuelven bien a nivel social.
Relación de evitar: Se crea inseguridad en los hijos porque los padres no responden correctamente a sus necesidades. Se ven obligados a ser independientes y cuidarse por sí solos. Se pueden desarrollar problemas de inseguridad y agresividad. En las relaciones con otros tienden a ser desobedientes e impulsivos.
Relación ambivalente: Las necesidades del hijo se cubren algunas veces y otras no. Esto crea inseguridad en ellos. Suelen volverse muy emocionales y buscan ser el centro de atención.
Relación desorganizada: Los hijos no saben qué esperar de los padres. Esto puede hacer que los pequeños se vuelvan desapegados. Además, existe mayor riesgo de que en el futuro estos niños tengan problemas para entender los sentimientos de otros.
La relación entre padres e hijos es importante porque afecta directamente el desarrollo físico, emocional, social y de apego de un niño. Esto determinará su personalidad, comportamiento y relaciones futuras. Existen una serie de beneficios asociados a una buena relación de padres e hijos.
Vínculo seguro: Los hijos que se sienten unidos a sus padres tienden a ser más resilientes. Además, no tienen un comportamiento problemático. Su rendimiento académico suele ser mejor y tienen mayor autoestima.
Bienestar mental: Una buena relación entre padre e hijo favorece la salud mental y bienestar del niño. Existe mayor riesgo de depresión cuando la relación es mala.
Motivación: Un niño se siente más motivado a realizar una actividad cuando es apoyado por sus padres. Un fuerte vínculo con sus padres puede ayudarles a tener más éxito.