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Fortalecer los vínculos afectivos
Sin duda los niños extrañan a sus amigos por los vínculos afectivos y por las posibilidades de interacción que tenían, desde el juego, las exploraciones, el diálogo, y la posibilidad de compartir los intereses propios de su momento de vida. Por eso, es prioritario que en el espacio familiar logremos dar respuesta a estas necesidades de socialización y generar momentos en los que los niños continúen disfrutando de su infancia: destinar tiempo para jugar con ellos, proponerles misiones como descubrir el objeto escondido en casa a partir de pistas, regalarles espacios de lectura por placer sobre sus temas favoritos, compartir los juegos de infancia de los padres, retomar su historia de vida a partir de las fotografías, hacer de la cocina un lugar de investigación, conversar con ellos sobre lo que han compartido o vivido durante el día, inventar juguetes propios, entre otras ideas. Esto les permitirá a los niños nutrir su imaginación, su creatividad, disfrutar de sí mismos y fortalecer los vínculos con quienes están cerca de ellos para sentirse seguros y tranquilos.
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Hablar sobre lo que ocurre en el mundo
Hay que hablar sobre lo que ocurre en nuestro entorno desde una postura tranquilizadora, y con un lenguaje acorde a su edad, es indispensable contarle a los más pequeños que nos estamos cuidando y que esto está ocurriendo alrededor de todo el mundo, no solo a nosotros.
Es responsabilidad de los adultos filtrar la cantidad y la calidad de la información que llega a los niños. Incluso es un ejercicio personal filtrar la información que nosotros mismos recibimos y en la que confiamos; luego de esto es importante preguntarse: ¿qué necesitan saber los niños para comprender lo que ocurre sin sentirse abrumados? Los pequeños no necesitan saber más de aquello que puedan manejar o comprender, por eso debemos mantenerlos alejados de fuentes directas como noticias, audios o videos informativos.
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¿Cómo incentivar a los niños?
Es muy importante que la familia sostenga y promueva el deseo por saber, por aprender. Fomentar en los niños la curiosidad, responder a sus preguntas, compartir momentos de lectura, proponerse encontrar respuestas juntos sobre algún tema en particular, entre otras alternativas, alimenta el deseo por continuar descubriendo el mundo.
Debemos ofrecer un acompañamiento familiar a los niños que les permita sentirse capaces de asumir por si mismos eso para lo que ya están listos; es decir, que les permita crecer con independencia y asumir sus responsabilidades (no sólo las de orden escolar). Un acompañamiento que le transmita al niño confianza en él y en sus maestros, le ayudará a vivir con mayor tranquilidad este nuevo escenario de aprendizaje.
Tener apertura al cambio: Los adultos tenemos la responsabilidad de transmitir a los pequeños un futuro posible. Por eso, debemos apostarles a las nuevas transformaciones educativas. Esta actitud, le ayudará a nuestros hijos a crecer en un mundo cambiante lleno de oportunidades.