Cinco señales de madurez en la adolescencia y cómo acompañar a nuestros hijos hacia ella.

La incertidumbre nos paraliza y nos desanima, pero podemos crecer en nuestro sentido de la responsabilidad y de la determinación. Llamamos resiliencia a la capacidad de una persona o de un colectivo para atravesar periodos adversos traumáticos sin perder su capacidad de acción.

Tres consejos prácticos:

En la adolescencia, como en cualquier etapa de la vida, las personas nos comportamos de forma única, y no podemos generalizar nunca los comportamientos, las actitudes o las formas de ser o pensar.

 

Además, para lo que una persona significa ser maduro, para otra puede ser una cosa distinta. Sin embargo, y dicho todo esto, sí podemos hablar, a grandes rasgos, de algunas señales de madurez en la adolescencia, entendiendo que estas pueden aparecer en determinados momentos, aunque no siempre (no es algo rígido). Pero, ¿de qué hablamos exactamente?

 

¿Cómo piensa su hijo adolescente? Estos son los cambios  más importantes durante la adolescencia:

 

  1. Son reflexivos

Aunque cada persona tiene un estilo más reflexivo o más impulsivo, y está bien, lo cierto es que la capacidad de reflexión, cuando es necesaria, también se adquiere con los años y la experiencia. Así, los adolescentes ya no actúan con tanta impulsividad y llevándose siempre por lo que sienten, sino que empiezan a pensar las cosas antes de actuar.

 

  1. Gestionan sus emociones

Otra de las señales de madurez en la adolescencia tiene que ver con sus emociones. La gestión emocional forma parte de la inteligencia emocional, e implica ir aprendiendo a gestionar las emociones, a canalizarlas de forma sana y adecuada.

Esta gestión emocional les ayudará a no dejarse guiar siempre por lo que sienten y a gestionar emociones que no siempre son fáciles de gestionar, como la frustración o el enfado.

 

  1. Son más tolerantes a los cambios

Ligado al punto anterior, otra característica de la madurez en la adolescencia es la tolerancia al cambio. Es también, la aceptación de la impermanencia de las cosas y de las distintas épocas por las que transitan (saber que ni lo bueno dura siempre, ni lo malo tampoco).

 

  1. Dejan a un lado el egoísmo

Los adolescentes maduros ya no piensan únicamente en sí mismos (o al menos, no siempre), es decir, empiezan a dejar a un lado ese egoísmo que les caracteriza.

Aunque lógicamente la empatía aparece antes, lo cierto es que esta empatía y el hecho de pensar más en los demás también son señales de madurez en esta etapa de la vida.

 

  1. Son capaces de pedir ayuda

Pedir ayuda o consejo, aunque pueda parecer lo contrario, no es algo fácil. Y menos en la adolescencia, una etapa en la que puede aparecer, más que nunca, introversión, rigidez o dificultades para abrirse a los demás y pedir consuelo cuando se necesita. Por ello, esta capacidad para reconocer que uno está mal y para buscar ayuda fuera, también denota madurez.